1. IA en la educación

1.2. La IA es algo muy novedoso, ¿no?

2.1 La IA es algo muy novedoso, ¿no?

Lo cierto es que, aunque esto de la IA pueda parecer algo muy moderno, desde la antigüedad las personas han imaginado máquinas dotadas de capacidades humanas. Así, ya alrededor del año 700 a.C. nace el mito de Talos, un autómata de bronce construido por Hefesto que protegía la isla de Creta de los invasores. 


El gigante Talos representado como un joven desnudo y alado, armado con una piedra. Didracma de plata de Festos, Creta (c. 300/280–270 a. C.), anverso. https://es.wikipedia.org/wiki/Talos#/media/Archivo:Didrachm_Phaistos_obverse_CdM.jpg


Y, antes incluso de que se construyeran los primeros ordenadores, las personas han tratado de automatizar tareas intelectuales humanas. Por ejemplo, en 1912 el español Leonardo Torres Quevedo construyó “El ajedrecista”, considerado el primer autómata de la historia capaz de jugar al ajedrez.


Segundo ajedrecista de Leonardo Torres Quevedo at Civil Engineering Faculty museum in Madrid. https://es.wikipedia.org/wiki/El_Ajedrecista#/media/Archivo:Ajedrecista_segundo2.JPG


No obstante, es evidente que la IA despegó realmente con el desarrollo de los ordenadores. De hecho, se considera que el padre de la IA es Alan Turing, al discutir estas ideas en su artículo “Maquinaria computacional e Inteligencia” publicado en 1950. 

Durante esa década se produjeron diferentes avances que sirvieron como fundación de esta rama de la informática. Así, en 1956 John McCarthy propuso la definición de IA que todavía se mantiene vigente: “la IA es la disciplina dentro de la Informática o la Ingeniería que se ocupa del diseño de sistemas inteligentes”, entendiendo, por tanto, que los sistemas inteligentes son capaces de realizar funciones asociadas a la inteligencia humana, como aprender, entender, adaptarse, razonar o interactuar. 

Y durante los siguientes 20 años se desarrollaron gran parte de las teorías y los algoritmos que sirven como base de los sistemas de IA actuales